Nuevos fantasmas en la piscina de Norma Desmond
David Cronenberg dirige por primera vez una película en Estados Unidos y lo hace nada menos que en Los Angeles, donde se desarrolla la acción de la misma. El guión es de Bruce Wagner asentado en la meca del cine y en su cultura desde hace muchos años, donde fue entre otras cosas chófer de ambulancias y limusinas antes de escritor. Asegura que todos los diálogos son reales, escuchados por él mismo, que no exagera ni caricaturiza.
El cartel de Hollywood, sus colinas, Rodeo Drive, el Paseo de las Estrellas, las calles de Beverly Hills, piscinas, muchas piscinas y otros lugares de interés vistos millones de veces en pantalla aparecen en este drama familiar de relaciones tóxicas con egos fuera de control y fantasmas del pasado que torturan a nuestros protagonistas. Vamos a oír conversaciones de jovencísimas promesas actorales sobre lo menopáusicas que están ya las actrices de 23 años. Se nombra a famosos sin parar, desde David Cassidy, a Al Gore, a Anne Hathaway y a otros tantos, y sobre todo a Harvey Weinstein, porque “ya sabes Harvey es Harvey”. Se habla de cifras de taquilla, de estrategias para vender franquicias de exitosas primeras partes; vemos enormes egos y la gran hipocresía en los encuentros entre actores que no se pueden ni ver, es decir Hollywood en toda su salsa.
Pero sobre todo, vemos cómo la cinta esconde mentiras, secretos, perversiones y muerte. Nos habla del miedo a envejecer y del deseo por la inmortalidad, por dejar un legado. Miedos y deseos que están presentes no solo en Hollywood sino en otras sociedades e industrias, aquí más fácil de satirizar por lo que creemos conocer sobre ese mundo y su élite mitológica a la que admiramos y seguimos sin condiciones.
Sus personajes son una neurótica actriz madura (Julianne Moore) que se siente abocada al fracaso si no consigue el papel de su vida, casualmente haciendo de su madre en un remake de su mejor película en los años 60 y cuyo fantasma la atosiga, debilita y obsesiona; un terapeuta-masajista-gurú (John Cusack) que escribe libros de autoayuda casado con una mujer sobreprotectora (Olivia Williams) que dirige insaciablemente la carrera de su hijo, una estrella de 13 años (Evan Bird) cuya última cinta recaudó 180 millones de dólares; su hija de 18 años (Mia Wasikowska ) recién salida del psiquiátrico con un oscuro pasado lleno de cicatrices y un conductor de limusinas (Robert Pattinson ) que por supuesto quiere ser actor y triunfar en este Tinseltown particular.
Destaco la actuación de Bird, un pequeño monstruo creado a semejanza de sus padres (especialmente por la ferocidad de su madre, bien representada por Williams) que nos provocará algunas carcajadas sonoras y otras que se ahogarán en nuestra garganta con un gran desasosiego. El resto de intérpretes masculinos de la película tiene actuaciones bastante planas, no veo la diferencia entre el John Cusack de la calle y el actor, a lo que no ayuda que siempre vista igual. Y a Pattinson le vi mejor sentado detrás de la limusina en Cosmopolis que conduciéndola. Las féminas sin embargo están estupendas, Moore y Wasikowska muestran el fuerte carácter de sus personajes sin miedo a exageraciones.
Esta macabra comedia repleta de fantasmas me causó malestar al principio al no entender el objetivo final de sus personajes más jóvenes que no es otro que la búsqueda de su liberación a través del amor, representado aquí en el poema de Paul Eluard que recita Wasikowska toda la película como mantra de salvación.
“On my school notebooks
On my desk and the trees
On the sand on the snow
I write your name,
On all flesh that says yes
On the forehead of my friends
On every hand held out
I write your name,
On absence without desire
On naked solitude
On the stairs of death
I write your name,
On health that has returned
On danger that has left
On hope without memory
I write your name,
Me ha gustado mucho tu crítica, Pilar. Aún no he visto la película, pero ardo en deseos… Gracias por dejarnos el poema.
Muchos besos,
Estela
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Gracias Estela! el poema original es un francés y es una belleza. Tenéis que ver la peli de «Puro vicio», creo que os va a encantar!!! Besos!
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Tengo que verla enseguida (y leer el libro antes). Pilar, te felicito además porque llevas todas las tareas al día…
Gracias por todo,
BESOS
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Hola Pilar! me ha parecido muy interesante tu crítica , aun no la he visto , pero creo que captas muy bien el ambiente donde se desarrolla y los conflictos de los protagonistas.
saludos Nico
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Muy buena crítica, Pilar. No estoy de acuerdo en tu objeción a las interpretaciones masculinas. Una pregunta maliciosa: ¿has conocido al John Cusack de la calle como para decirle lo que le dices al pobre?
Señalo, de nuevo, algunos problemas de puntuación: no le tengas miedo a las comas, que son nuestras aliadas. Sobre todo, las aliadas del lector que tiene que respirar mientras lee.
Creo que en el texto atrapas a la perfección la esencia de la película, que no es fácil, realmente.
un abrazo,
jordi
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Muchas gracias Jordi, y permíteme que me ría con el comentario de John Cusack de alguna manera me siento «con derecho» a criticarle porque me enamoré de él -como muchas chicas de mi generación- en «Say anything» y le he seguido desde entonces, excepto en las pelis de miedo, y le he perdonado su presencia en otras que no mencionaré… pero en serio, va vestido igual desde entonces!!! eso no me lo puedes negar, jajaja. Gracias por tu último comentario.
Un abrazo,
Pilar
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