«MAGIA A LA LUZ DE LA LUNA» (2014) – Woody Allen

Luna eclipsada

El desdén en la puesta en escena que Woody Allen viene arrastrando desde hace tiempo no le ha impedido arrancar destellos de genialidad a su último e imperfecto cine cómico. Incluso cuando esto no ocurre, el desbordante humor de sus textos salva la función. Por tanto, no deja de sorprender la cálida vacuidad que envuelve a su nueva escapada europea, Magia a la luz de la luna (2014).

Dentro de su habitual desazón humorística ante el vacío post-mortem, en este caso el director neoyorquino pasa a debatirse entre gélido escepticismo y fe primaveral -como si, a estas alturas, se cuestionara sus propias convicciones. Prima hermana de Scoop (2006) en su ligereza conceptual, sin embargo la película pretende ajustarse un traje de superflua trascendencia sobre su evidente cuerpo de comedia. Su redundante desarrollo termina de desgastar unos planteamientos potencialmente cómicos, pero marchitados por ese innecesario afán reflexivo.

Nuevamente detrás de la cámara, Allen cede los momentos más paródicos a una delgaducha gesticulante de gigantes ojos expresivos y sutil belleza en su desenfadado porte. El contraste entre esta deslumbrante Emma Stone y el amargado galán Colin Firth sólo llega a recordar a esa química entre personajes que caracteriza a las mejores obras de este pequeño director. En esta ocasión, el también guionista se suma al juego ilusionista e intenta engañar al espectador un romance construido a golpe de Real Decreto de Guion. Como viene siendo habitual, la película se teje, más bien, a partir de fogonazos de lucidez subconsciente por parte de un maestro ya demasiado acostumbrado a poner el piloto automático. La desidia del genio crea una película tan amena como intrascendente, con el mérito y el tirón de orejas que ello implica.

5 Comentarios

  1. Hola, Helena. Gracias por tu comentario!

    Entiendo lo que quieres decir, pero precisamente ése creo que es el error que comete Woody Allen, al simplemente plantear el dilema y no profundizar demasiado.

    Dentro de lo agradable que es cualquier película de este hombre (algo a valorar, sin duda), no pude evitar sentir que repetía «la misma» situación una y otra vez, desaprovechando la oportunidad de profundizar en la comedia, en el dilema, o en el dilema a través de la comedia. Se me antoja una película muy indefinida, y por eso la comparo con «Scoop», que se centra exclusivamente hacer reír, y conmigo lo consigue con creces 🙂

    Le gusta a 1 persona

  2. Querido Yago: permíteme empezar mi comentario con una carcajada, la que he soltado al leer tu texto, me he reído mucho con los comentarios de «cálida vacuidad», «gélido escepticismo y fe primaveral», «fogonazos de lucidez subconsciente», o «poner el piloto automático», etc. Creo que te cabrea mucho que ya no haga las películas que tanto te gustaron de su pasado y eso creo que le pasa a mucha gente, me pasó a mí hasta «blue Jasmine» que me enfadó tanto que ahora le miro con otros ojos. Me encanta saber que todos los años habrá una película suya en cartel y me va a entretener con casi toda seguridad, como ha sido con esta película. Pasé un rato muy agradable y aunque por supuesto que he disfrutado mucho más con otras de sus películas, yo personalmente se lo perdono.
    Solo una pega, no entiendo muy bien si te gusta o no Emma Stone, tu comentario sobre ella me parece contradictorio. A mí me gustó y me gustó también en «birdman». Creo que algunos de los secundarios del film están desaprovechados, como Marcia Gay Harden y otros estupendos como Eillen Atkins o Simon McBurney, pero como pasa siempre también en sus películas.
    Un abrazo,
    Pilar

    Me gusta

  3. Hola, Pilar, gracias por tu extenso comentario!

    Pues…Veamos, ¡tengo una relación contradictoria con esta película! Por lo que comentas, te ha dado la sensación de que no me ha gustado nada, y realmente no ha sido así. Con toda seguridad, eso se debe a que no he conseguido transmitir adecuadamente mis sensaciones, por lo que tomo nota.

    Digamos que mi relación con Woody Allen es la de aquella persona que mira con sonrisa melancólica algo que le sigue gustando, pero que ya no es como era y que, con toda probabilidad, nunca volverá a serlo. Estoy bastante de acuerdo con lo que en su día comentó en clase Jordi de que algunas de sus películas peor valoradas tienen momentos de genialidad a los que no se les ha prestado suficiente atención.

    Yo ya acepto que no vaya a hacer obras perfectas, ni tan siquiera que trasciendan, pero creo que esta última película ha sido francamente fallida, por lo indefinida que es y por desaprovechar sus mejores atributos cómicos. Es muy amena, transcurre con naturalidad, como todo su último cine…Pero tiene errores más agravados de lo habitual, y no encuentro ningún elemento que me llame especialmente la atención, como sí ocurría con otras.

    Emma Stone me parece simplemente encantadora. Pretendía que mi texto la adulara, ¡pero veo que he vuelto a fracasar! Lo que me pasó con esta película es que siento que los dos personajes funcionan mejor por separado que en conjunto. Cierto que tienen sus momentos, pero, como ya intenté transmitir en mi crítica, no me creo la relación. Ocurre, porque las imágenes me lo muestran, pero no lo siento como algo real.

    Sólo conocía a Marcia, de los secundarios que nombras. Quizás se les podría haber sacado algo más de partido, pero tampoco se me ocurre cómo, la verdad.

    En resumidas cuentas, partiendo de la base de que he asumido que Allen no volverá a ser el que era, siempre defenderé que tiene capacidad suficiente como para desarrollar bien sus historias y casi siempre aportar cosas nuevas. El problema es que, en este caso, no lo consigue, y lo que siento es decepción, pero nunca cabreo. No es una mala película, pero, sin aspirar a ser maravillosa, podría haber sido bastante mejor.

    Me gusta

  4. Leyendo este delicioso debate que os habéis montado, sólo me queda exclamar: ¡cómo os entiendo a todos!

    Entiendo -porque lo he experimentado en mis carnes- esa dolorosa contradicción que manifiesta Yago con respecto al último Allen. Da la impresión de que todos los que estamos hablando aquí le tenemos cariño y en algunos momentos de nuestras vidas le hemos amado incluso con pasión. Pero es evidente la desidia de sus últimos trabajos: algo que podía notarse ya en películas tan lejanas en el tiempo como «Poderosa Afrodita o «Todos dicen I Love You». Creo que un crítico no tiene por qué ser implacable -no hay que apresurarse en pedir la cabeza del maestro que empieza a mostrar que está en horas bajas-, pero tampoco sentimental: pro mucho que nos haya gustado Allen, es nuestro deber dar fe de este relajo creativo.

    Es cierto que, entre sus últimos trabajos, esta puede resultar especialmente monótona y reiterativa. A mí también me gusta Stone, a la que considero un equivalente contemporáneo de la arquetípica chica de screwball comedy. Y creo que ahí está la clave para ver las debilidades de esta película: Stone necesitaría una velocidad que Allen ya no puede darle.

    No obstante, en lo que respecta al mensaje y al dilema de la película, con quien estoy más de acuerdo es con Elena: creo que ni el pulso entre escepticismo y fe es obvio, ni la resolución a la que llega es contradictoria con lo que Allen ha planteado en toda su obra, que está marcada por cierta resignación judía algo angustiada por el silencio de Dios (no por la constatación de su inexistencia, alto). Allen no es un nihilista y esa idea del amor como componente ilógico y necesario de nuestras vidas, no me parece ingenua, sino muy interesante.

    un abrazo,

    jordi

    Me gusta

Deja un comentario